Sobre las páginas de estos pesados libros hay símbolos, figuras y escrituras, y es probable que sirvieran como literatura del cristianismo primigenio. Están escritos en hebreo y griego y fueron encontrados en una cueva después de unas inundaciones. Posteriormente fueron pasados a un beduino de nombre Hassan Saeda.
La datación con carbono evidencia que tienen 2.000 años de antiguedad, y pueden incluso superar en importancia a los manuscritos de los Rollos del Mar Muerto. Los libros parecen mencionar al ¨Restaurador Mesías¨, e incluso hacen referencia a la crucifixión y la resurrección de Jesucristo.
"En primer lugar hay una cruz, por lo que parecería la tumba de jesús, un pequeño edificio con una abertura, y en el fondo los muros de una ciudad", explicó Philip Davies, un conocido estudioso norteamericano de la Universidad de Sheffield, a la agencia Ansa. En el interior del libro se indica claramente la ciudad de Jerusalén.
Muchas hojas fueron selladas herméticamente, lo que conduce a los expertos a especular que se trata de los antiguos mandamientos perdidos mencionados en el Apocalipsis de San Juan.
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